sábado, 12 de noviembre de 2011

La cirugía plástica, ¿Es pecado? Un estudio a la luz de la Biblia y de la ciencia

¡Pastor, me quiero enchular! ¿Es pecado? PARTE IV

Otro ejemplo de un aparentemente “posible bisturí” lo podemos obtener en el libro de Ester. La Biblia es categórica en describir la belleza de la futura reina, como “de hermosa figura y buen parecer”. Sin embargo, esto no sería suficiente para aspirar a la corona real, pues todas las vírgenes debían ser hermosas.

La ley persa exigía que Ester se mantuviera físicamente atractiva. Ello suponía doce meses de preparativos y la aplicación de costosos afeites femeninos. Sin embargo, para cumplir con el propósito de Dios, tenía también que prepararse espiritualmente. Ester ofrece el magnífico ejemplo de una mujer de Dios, tal como se describe en 1 Pedro 3.1–4[1].

Carey A. Moore sostiene que la palabra para perfume del capítulo 2 y verso 12 se refiere en vez de “con perfume” a “con un quemador de cosméticos”, tal cual lo hacían las mujeres árabes del este de Sudán hasta fines del siglo pasado. Ester saturaba su pelo, piel y poros con los perfumes procedentes de los quemadores de cosméticos[2]. Ester impresionó tanto por sus atributos exteriores como los interiores. Demostrando una gran valentía, piedad, dominio propio, sabiduría y voluntad. Tomar el ejemplo de esta gran mujer para una intervención plástica (si es que a alguien se le ocurra el proponer tal cosa) en favor de la belleza tampoco es viable. Aunque no se descarta el principio de la preocupación por la apariencia personal que era obligatoria en toda doncella que era preparada para ser elegida como reina o sencillamente se parte del harén real.

Por donde quiera que se lea la Biblia nunca se va a encontrar un principio a favor o en contra de las cirugías cosméticas. Y esto no es como el ejemplo del computador (es un ejemplo de tantos), porque alguien puede decir que en la Biblia no se menciona esta palabra y eso no indica que no se pueda usar (aunque resulte no creíble, he conversado con personas que no están de acuerdo con el computador) . Sin embargo, así como el computador es un instrumento, por el momento, irremplazable para llevar la información, no quita que mal usado se convierta en una bomba de destrucción para cualquiera que lo use indiscriminadamente. Las cirugías plásticas cosméticas son como el computador, usado correctamente “salvan vidas”, pero usado erróneamente “destruyen vidas”. Entonces, ¿estamos abriendo la puerta para decir que la cirugía plástica cosmética puede usarse discriminadamente? Veamos!

Las cirugías cosméticas en mi opinión, deberían ser para personas que realmente tengan problemas físicos y por ello psicológicos, pero es bueno dejar claro que un problema para mi (genérico) no es necesariamente igual al problema de mi vecino o viceversa, cada individio es dotado de una personalidad única, y como tal, ve las cosas diferentemente del otro, sea ateo, agnóstico, cristiano o musulmán. Hago este alcance porque es muy fácil discrepar a lo que es distinto a uno, y esto se da en cualquier área de la vida, deportes, creencias religiosas, modelos de vida, mejor comida, tipos de administración, educación de los hijos, etc. Lo que para uno es genuino y necesario para otro puede ser vanal, superficial o simplemente una mala decisión.

Una persona que vive acomplejada porque tiene una dentadura en muy mal estado que le acarrea una deficiencia funcional (no tiene caries, pero le faltan piezas y las que están poseen un enorme desgaste), hace un gran esfuerzo económico (a veces endeudándose para mucho tiempo), va y se arregla, y después feliz ve como se le abren más oportunidades. ¿Alguien lo criticaría por arreglarse la dentadura? ¿alguien le pudiera decir que es superficial? ¿Alguien le reprocharía ese endeudamiento?

Entonces, ¿por qué no usamos la misma vara para aquel o aquella que se opera la nariz o se agranda sus pechos? ¿Acaso no son un problema de estética? Porque… obviamente justificamos la diferencia diciendo, “son dos cosas muy diferentes” y seguimos insistiendo… “no hay una deficiencia funcional que amerite la cirugía”. Replicamos, ¿Quién dijo que no existe una deficiencia funcional? Basta con ir a otro médico o psicólogo y le encontrará esa malformación ¿Por qué son diferentes el arreglar una dentadura y el también arreglar una nariz? ¿Cómo evaluar al que lo hace por puro placer del que alivia su sufrimiento porque es rechazado por ese defecto físico? ¿Por qué vemos la desigualdad entre una y otra? A modo de ejemplo. Tengo un compañero de trabajo que tuvo problemas con su rodilla derecha, fue a la consulta de un traumatólogo, éste le recetó algunos medicamentos y lo mandó de reposo por 10 días, pero como el dolor seguía, el paciente pidió a su médico tratante que le diese la orden para realizar una resonancia magnetica, su médico se opuso argumentando que tenía que cumplir con el reposo prescrito. En resumidas cuentas, mi amigo cansado de la molestia fue a otro traumatólogo y éste le remitió inmediatamente la deseada resonancia magnética que arrojó prontamente el problema específico, y que a su vez permitió al doctor corroborar el diagnóstico intuido y proyectar una operación. ¿Por qué esta diferencia de procedimiento? ¿Quién lo hizo mejor? ¿Quién de los dos realmente fue más acertivo, y buscó la más rápida y mejor solución? Entoces, cuando se esta tratando de la estética, que es algo tan personal, tan íntimo, tan importante y que además esta arrojando un problema. ¿Por qué medimos igual en algunos casos y en otros somos desiguales?

Son desiguales, porque es el sumario de lo que uno ha sido enseñado. Es lo que uno ha recogido a través del aprendizaje de la vida donde un montón de cosas han incidido, como por ejemplo, la educación en el hogar. ¡Cuántas cosas hacemos o no hacemos porque mamá, papá o abuela siempre lo ha hecho o no hecho así! Ha influenciado la manipulación de los medios que ha moldeado y creado un preconcepto negativo o positivo. La propaganda de la clínica. La discusión en la sala de la casa. En el colegio al discutir un trabajo en grupos con la profesora. En el trabajo al conversarlo con los colegas. En la charla con un amigo al compartir un helado o un café. En el diálogo de una clase bíblica, en la conversación a la salida del culto en la iglesia, en el sentido común que unos más y otros menos tenemos. O sencillamente, es el efecto de la “cultura dominante” enseñado por el famoso sociólogo Stuart Hall. No pararíamos de exponer razones, y todas me hacen ver y elegir las cosas de cierto modo.

Generalmente para los que nos sometemos a la Biblia en busca de un “escrito esta” es suficiente, pero si no esta ese escrito, la disputa nunca acaba. Por lo cual, es prudente, ver donde puede estar esa línea delgada, ese punto de desunión, ese matiz invisible, ese blanco zinc del titanio. Y consciente estoy, que aún analizandolo y buscando los mejores argumentos, también estaría exponiendo el lado de mi mínimo saber y experiencia inconclusa. Diría como escribió mi buen amigo Jorge Olguín en su muro de facebook “Mi sed no puede ser saciada ni mi hambre satisfecha”.

Pero… pareciera con lo expuesto, que estaría contradiciendo lo que sostuve anteriormente “Las cirugías cosméticas en mi opinión, deberían ser para personas que realmente tengan problemas físicos”. No obstante, no estoy contradiciendo lo expuesto, no se esta acoplando al que lo hace por placer o por necesidad. Aquí es cuando no se puede emplear la misma vara, “Un individuo que centra su vida en la búsqueda de una belleza perfecta eterna siempre busca y lo hace por el placer”. No es el retoque a la nariz el problema, no es los párpados caídos que hay que levantar, no es la grasa a quitar o los labios finos que quiere cambiar. ¡Es el alma insaciable que busca en un mundo pasajero, terminal y momentaneo lo eterno e imperecedero! Aquí es cuando no puedo echar al mismo saco el que tiene una pena muy grande porque su nariz deforme le es víctima de burlas, bromas pesadas, desprecios y escarnios a aquel o aquella que no teniendo ese defecto lucha, se endeuda, poniendo en peligro la economía del hogar, o en caso contrario, si fuere rica, desea tener una nariz perfecta, y no estando complacido con la primera operación, se somete una y otra y otra vez hasta el “infinito”. Es bueno destacar que ante las estadisticas, que ya mencionamos, que habla de la cantidad de millones de personas que se someten a cirugías, ésta se incrementaría a un porcentaje incalculable, si todos tuvieran el dinero de un millonario. Se cumpliría la frase sarcástica de mi hermano Uziel que una vez me dijo “no existen mujeres feas, sino, maridos pobres”.

La persona que busca la belleza eterna parece que no entiende que la belleza es pasajera, que pertenece a lo transitorio y circunstancial, es el que no entiende que “hoy me puedo ver de maravilla, pero mañana puede ser todo lo contrario” “luchan contra la ley de la gravedad” intentando levantar lo que por naturaleza caerá en su tiempo. En ese tipo de personas también se crea el mito que si “me veo de maravilla”, entonces “seré y actuaré de maravilla”. Y esto puede llevar a asociar incorretamente la belleza con el buen carácter, ejemplo; si el chico o la chica es hermoso, entonces es dulce, atento, amigable, buen hijo, buen estudiante, correcto, íntegro, servicial, altruista, trabajador, luchador, etc. o sea, todo lo bueno. Si es feo, entonces es huraño, hosco, envidioso, fatuo, porfiado, deshonesto, mal alumno, etc. o sea, todo lo malo. ¡Debemos sacarnos esos estigmas (que muchas veces nos hemos imaginado y creído) pero que en el fondo solo son una gran mentira.

Deseo que el cristiano mire la belleza como algo más que pasajero y que mire la vida como algo que trasciende mucho más que la belleza, nuestra proyección de vida se regula por la Palabra de Dios, y ésta nos impulsa, sin descuidar nuestra apariencia personal, a vivir sus principios. Pero también, deseo que el cristiano se preocupe por su apariencia personal, algo tan sencillo como son los ejercicios físicos, una dieta equilibrida, hábitos saludables que pueden cambiar la fisionomía y remediar defectos físicos (adquiridos o heredados), cosas que el bisturí o el ácido hialurónico no pueden hacer mejor.

A todos los esposos les encantaría que sus mujeres se vean hermosas, regias, estupendas e igual a las esposas de ver a sus esposos atléticos, esbeltos, sin halitosis. Quiero decirles que mucho de esto se puede lograr con el estilo de vida saludable que Dios en su Palabra tiene escrito y que la ciencia médica aconseja en su filosofía de salud previsional. Sin embargo, hay una palabra que es tan importante para lograr este ideal como es de igual trascendencia para la salvación, sin que medie un conflicto en ambos fines; la escribiré en mayúsculas “VOLUNTAD”.

Para realizar las cosas fáciles no se necesita voluntad, para las difíciles, sí. La voluntad permite que lo difícil termine acabando como fácil. El pasto del vecino no tiene que parecer más verde si atiendes el tuyo propio. ¿Cuántas veces comenzamos a hacer ejercicios, pero después fueron abandonados, para comenzar más adelante y nuevamente dejarlo una y otra vez? Y este corriente ejemplo ¿No es familiar para muchos de nosotros? El abandono, la flojera, el hacer lo que es más fácil ha ganado muchas veces en nuestras vidas. Y cuando vemos algo que nos estimule como un buen libro, una predicación, un consejo, una pelicula, algo muy feo o muy lindo, volvemos a intentarlo para después volver a decaer. ¿Cuántas veces no nos cuidamos de lo que comemos y después observamos alharacamente como los centímetros aumentan en la cintura, los muslos, los brazos, cuello, rostro? Y ojo, no es porque los años nos cayeron encima, es por la negligencia ante hacer lo más fácil e ignorar lo más difícil. Miren este dato, la obesidad es considerada como una epidemia por la OMS, mientras el Pib de los países aumenta, también aumenta la obesidad[3]. Esto es tan contradictorio, pues se supone que el tener más dinero te da la opción de alimentarte mejor. Pero eso no es lo que sucede, ¿Por qué? Sigue diciendo el estudio, Porque los cambios de hábitos que trae la vida moderna influyen no sólo en la obesidad, sino en la diabetes, el cáncer y enfermedades del corazón.

Este estudio de la OMS esta creando mucha alarma en todos los países miembros de la ONU, por ejemplo, China en el 2005 tenia 18 millones de obesos, hoy en el 2011 llega a 100 millones, es 5 veces más de lo que había en 5 años atrás. A ese ritmo, ¿qué pasaría en el 2020? (si es que llegamos allá) ¡Que importante es la voluntad estimados amigos! Lo mismo aplicaríamos a estudios, trabajos, lectura de la Biblia, etc. La voluntad es el ejercicio de la determinación férrea, valiente, osada, diaria, permanente, para conseguir un próposito o blanco específico. Creo sinceramente que tenemos que ahondar en este asunto y pedirle a Dios que nos guie sabiamente y nos de esa fuerza de voluntad que no tenemos.

Como conclusión final, defino a través de puntos lo que hemos ido analizando y cada aspecto sera cotejado con un pasaje bíblico.


[1] Hayford, Jack W., General Editor, Biblia Plenitud, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1994.

[2] Moore, Carey A. Archaeology and the Book of Esther, pg. 78

[3] http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/08/110808_salud_obesidad_paises_emergentes_az.shtml

1 comentario:

Andrea Carolina dijo...

Gracias a Dios que la Biblia no condena las cirugias plasticas, ya que atravese por un accidente muy terrible, pero hoy entiendo que si no hubiera tenido aquel accidente talvez no habría cambiado mi estilo de vida tan inconsciente