miércoles, 10 de septiembre de 2008

COMPRENDIENDO 1 CORINTIOS 1:6-8

Sin lugar a dudas el origen del llamado de Pablo estaba siendo puesto en duda, por lo menos en la iglesia de Corintio, el apóstol afirma su derecho de una manera muy elocuente y prudente. Antes de enrostrar toda una serie de irregularidades, de la cual se iba a ocupar después, “aplaude” a la iglesia porque esta estaba “enriquecida en toda palabra y conocimiento”, además de que “no faltaba ningún don”. Esto refleja la experiencia espiritual que habían alcanzado los creyentes en Cristo. La expresión “en la medida en que el testimonio de Cristo ha sido confirmado entre vosotros”, queda un poco lejos del verdadero sentido de la frase original “kaqw.j to. martu,rion tou/ Cristou/ evbebaiw,qh evn u`mi/n”, traducido “conforme el testimonio de Cristo fue consolidado en vosotros”.
Un creyente ha sido consolidado en Cristo, porque ha enriquecido su vida en toda palabra. A veces la poca permanencia en la palabra, produce un pobre e inconstante conocimiento llevando a la persona de una corriente a otra, produciendo un testimonio inmaduro en la vida espiritual. Los creyentes de Corinto esperaban ansiosos la manifestación de Cristo en su segunda venida. En el versículo 7 se utiliza la palabra “apokalupsin” para “manifestación”. Ellos pronto, estaban esperando un desvelamiento, un descubrimiento físico y espiritual, donde el protagonista seria el Señor Jesucristo. El cual se encargara de mantenerlos “consolidados” (se utiliza el mismo verbo del verso 6, “evbebaiw,qh”) hasta el fin. Sus actividades anteriores habían cesado, el cristiano viviría ahora en el límite de Dios, que es el límite de la salvación, desde el cual no retornaría al punto inicial de su vida como creyente.
Ellos serán hallados de manera irreprensibles en el día del Señor. La palabra “irreprensibles” corresponde al adjetivo “anenkletos” significa uno que no puede ser llamado a rendir cuentas. Hubo en él una investigación pública, pero no se hallaron cargos, implicando no una mera absolución, sino, la inexistencia de cualquier tipo de cargos o acusación en su contra. Esto es una conexión muy profunda con todos los creyentes que han comparecido, comparecen y comparecerán en el tribunal de Cristo, que se realiza de manera investigativa donde salen sus obras a la “luz pública”, sus vidas, pero que al final no ha existido ningún cargo en su contra y entonces pueden disfrutar de la paz y tranquilidad. Recibirán el premio de la salvación y podrán estar con el Salvador para siempre.