lunes, 5 de septiembre de 2011

La sensibilidad a flor de piel

La noticia del avión caza 212 que capotó en las cercanas orillas de la Isla Robison Crusoe donde murieron 21 personas, ha llevado al quebranto nacional de muchas familias. Las personas que viajaban, varias de ellas famosas, iban en una misión especial, que era en esencia, mejorar las condiciones de vida de los habitantes de ese pequeño archipiélago. Sin embargo, murieron. En la televisión un mujer bastante conmocionada mencionaba que muchas personas hacen daño y nunca le pasa nada, en cambio estos van a ayudar y mueren, por qué Dios permitía eso. 

Es complicado encontrar una respuesta cuando la sensibilidad nacional esta a flor de piel, decir cualquier cosa puede ser interpretado para bien o para mal. Cuando hay dolor, es difícil discernir, ya que las emociones ganan terreno a la veracidad y se llega a juntar la hipocresía con lo franco. Ver tanto lamento por seres a las cuales, tal vez nunca se conoció muy bien, y de los cuales solo se sabía por comentarios faranduleros nos hace reflexionar en la sensibilidad de las personas, que en un momento antes podían chiflar, insultar y al otro día llorar.

Con Jesús pasó muy parecido. Breve tiempo antes de la cruz, una gran muchedumbre le aplaudía con ramas de palmeras, le gritaban consignas de victoria para que exactamente 5 días después le insultaran y condenaran. Así como las causas del accidente siguen desconocidas y tal vez nunca se sepa con exactitud. La causa de Cristo para morir también fue desconocida en su contexto familiar, a pesar de Jesús explicarlo muchas veces, y hasta con detalles. Por qué tal dualidad emocional? La sensibilidad podría explicarlo, posiblemente.