lunes, 16 de mayo de 2011

HAWKING Y JESUS ¿CUÁL ES TU APUESTA?




Hawking "el paraíso es un cuento de hadas".

Jesús "En la casa de mi Padre muchas moradas hay"" 

"Yo considero al cerebro como un computador que dejará de funcionar cuando fallen sus componentes. No hay paraíso o vida después de la muerte para los computadores que dejan de funcionar, ese es un cuento de hadas de gente que le tiene miedo a la oscuridad", señaló el ex catedrático de Matemáticas Aplicadas y Física Teórica de la Universidad de Cambridge

Es cierto lo que Hawking dice "no hay vida después de la muerte, ni paraíso", Solo, que después le faltó agregar "pero, habrá cuando Cristo venga y levante de los muertos a sus hijos para llevarlos al paraíso". Pero como  él no cree en Jesús, ni en Dios ni en el paraíso, son sus palabras con hielo contra la fe.

Un hombre que da pena por su enfermedad y que es un "contradictoriamente milagro" pues debió haber muerto varias décadas detrás por su fulminante enfermedad, cada día recrudece más su mensaje en contra de la fe y Dios, aunque en otras ocasiones ha dicho no negar su existencia. Su lenguaje astuto en contra de Dios que dice..., pero que parece como que no dice... se asemeja a las palabras de engaño de Satanás a la mujer "conque Dios ha dicho, no comáis de todo árbol del huerto". Jamás Dios había dicho tal cosa, y fueron así refutadas por la mujer a orillas del árbol de la ciencia del bien y del mal.

La mente más brillante de la tierra acepta la idea de que este mundo pudo perfectamente formarse sin la ayuda ni presencia de Dios, ahora añade, que no hay paraíso ni vida después. Si vamos a la Biblia encontraremos muchísimos pasajes donde se puede leer esta promesa.

Lucas 23:43 De cierto, te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso 




Juan 14:1-3 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.  

2 Corintios 5:1-2 Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 

2 Corintios 12: 2-4 Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. 3 Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), 4 que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. 

Filipenses 3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;  

1 Tesalonicenses 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 

Hebreos 11:8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. 

Hebreos 11:13-16 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 
14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; 15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.  

Colosenses 1:5 a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio,  

1 Pedro 1:3-4 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, 

2 Pedro 3:13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia

Hebreos 10:34 Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos.  

Apocalipsis 2:7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

Apocalipsis 21:10 Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios.

Estoy seguro que a Hawking no le interesa el cielo, ¡que contradicción! porque pareciera que eso es lo que más observa. Con esa mente tan brillante que el tiene, ¡cuántas personas pudiera llevar a Dios, solamente bastaría que tuviera la humildad y el coraje de reconocer su existencia!  Por eso, Jesús dijo "Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos". Esta pobreza habla de un reconocimiento interior que necesita a un Salvador. Un pobre en espíritu no tiene orgullo ni se envanece en su propia sabiduría. Su coeficiente intelectual lo ocupa para dar gloria a Dios y hacer su voluntad. Tal vez Hawking debiera leer ese pasaje que dice "No hagais tesoro en la tierra donde la polilla y el orín corrompen donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo". 

Los libros y artículos del físico son pan caliente esperados por la mayoría de los científicos, pero pronto tendrán polilla aún cuando los guarden en bibliotecas de oro. Debiera aprender de este texto, que busque a Dios y que en sus últimos años logre revertir el gran daño que ha causado con sus conceptos vanagloriosos y egocentrista.