miércoles, 23 de mayo de 2012

Lo que no se ve...pero se escucha

¿Qué es de lo que no se ve... lo que no quieres que se escuche? Pareciera una contradicción, pero no, es algo muy real. Lee conmigo, nadie quiere que se vea el mal carácter, sin embargo, aunque nadie lo ve, siempre hace pasar malos ratos, sus "efectos sí se escuchan". La ira no se puede ver, solo el efecto de ella; el odio no se puede ver, solo su efecto; la bondad no se puede ver, solo el efecto de ella. Jesús escudriña, ve y escucha lo que no se ve y lo que no quieres que nunca se vea y escuche.

En el Renacimiento, Leonardo De Vinci discutía con los músicos de las cortes, ¿qué es más importante la pintura o la música? obviamente para ellos la música, pero después el artista replicaba, ¿Qué es más importante la vista o el oído? Si alguien tuviera que perder uno de ambos, posiblemente, habrían más sordos que ciegos, entonces, ¿la música es más importante que la pintura? Si escoges la vista, podrás deleitarte con la pintura, pero no escucharás absolutamente nada; si escoges la música, podrás elevarte con las tonadas más sublimes o algo tan sencillo, pero sin comparación, escuchar la voz de tu hijo que va creciendo.

¿Hay algo de lo que no se ve, pero, que sí se escucha, y mucho? En la historia de Ananías y Safira, encontramos el ejemplo de lo que estamos hablando. Ellos sustrajeron del precio de su propia heredad que habían vendido. La habían vendido a un precio, pero habían traído otro valor. Nadie se había enterado (eso creían), sin embargo, lo que nadie veía y escuchara, Dios lo reveló con enorme ruido Les fue revelado su pecado y ahora escucharon la sentencia de Dios! No se puede jugar con Dios, aunque nadie nos vea o escuche, lo que pasa hoy repercute para bien o para mal mañana.