viernes, 28 de agosto de 2009

EL ORO, METAL QUE MAS APARECE EN LA BIBLIA

Respondiendo a la encuesta, ¿Cuál es el metal que más se menciona en la Biblia?

1º ORO           - 486 VECES
2º PLATA       -311  VECES
3º BRONCE   -152  VECES
4º HIERRO     - 94  VECES
5º COBRE      - 5     VECES

Comercializando la fe, pasó en épocas pasadas y sigue con más fuerza hoy!

Cuando la fe se convierte en negocio

En Hechos capitulo 8 y versos 9 al 25 se relata la conversión de Simón, mago que vivía en Samaria y que a través de sus actos de magia engañaba a cuantos iban a el. Mucho dinero había ganado a costa de sus trucos. Felipe, el diacono, por aquellos días, anunciaba el evangelio en Samaria y muchos creyeron y fueron bautizados, entre ellos Simón.




Pero como buen mago, quedaba atónito al ver las señales, y grandes milagros que realizaba Felipe, y obviamente deseó tener “tales poderes”. Pedro y Juan fueron a Samaria y oraban para que las personas que habían recibido la Palabra fueran llenas del Espíritu Santo, Simón intuyó que esta era la forma para tener ese poder, asi que ofreció, lo que el podía dar, su dinero.



Según su pensamiento “todo se puede comprar” y esos actos milagrosos debían ser poseídos a cualquier costo. Bueno, ese pensamiento de antaño, no esta muy lejos a lo que se piensa hoy, salvo que cambian los jugadores, pero el juego es el mismo.



Es penoso ver como la fe ha sido invadida por religiones, iglesias y personas, cuyo objetivo supremo es sacar sendas utilidades para acrecentar el “bien raíz personal”. Ahora, ¿cómo la fe puede llegar a convertirse en negocio? Los culpables, aquellos que incurren en este delito invisible pero innegable trafican libremente porque no hay “leyes que se quebrantan”.



Quiero enumerar aquí algunas de las “ilegalidades espirituales” que traen bochorno al cristianismo. Tráfico de dinero; “tu ofrenda tiene que ser grande porque Dios es grande”, “si das un doble diezmo se incrementarán tus ganancias”, “Dios da más al que da más”, “si el Señor me bendice, haré un pacto especial”, aceites, rosas, cruces, agua bendita, piedras, yerbas, rosarios, videos, libros, revistas, números especiales. Trafico de influencia; “Dios me lo ha revelado”, “este es el plan que todos debemos seguir”, “las cosas para que funcionen tienen que hacerse de esta manera”, “no creo que el debería seguir en esa responsabilidad”, “acuérdate que yo te traje”, “tienes para hablar dos minutos” . Trafico de resultados; “viaje y bonos especiales a los que cumplan la meta”, “si no llegas a 300 no me sirves”, “la única manera de mostrar las metas es por los números”, Tráfico con la apariencia; “aquí no se permite las comidas con carnes ni cierta clase de bebidas, pero mañana tenemos una cena especial, allá podrás comer lo que quieras”, “trabajemos, que viene fulano”, “mis aros no tienen nada que ver con mi creencia”, “el Señor me entiende si trabajo este sábado”, “la fe es un asunto del corazón, nadie debe legislar sobre ella”, “ir a la iglesia no determina que sea mas creyente”, etc. y etc.



No se quien se escapa de algunos de estos supuestos, pero, cada vez que hacemos algo parecido, definitivamente estamos traficando con el evangelio. El Señor beneficia a sus hijos de maneras sanas, confiables y abiertas, no usa la coerción el chantaje ni el conformismo. Simón, vio los tremendos beneficios del Espíritu Santo, y deseó obtenerlos a toda costa. Fue reprendido, y aparentemente hubo un arrepentimiento. El evangelio de Jesucristo progresará, porque es su obra, si dejamos que él nos use, será un resultado grandioso, desprovisto de todo beneficio personal lucrativo. Muchos se han enriquecido y ha crecido su fama a costa del evangelio, detengamos ese flagelo! Seamos sencillos y prudentes, dijo el Señor. Es el mejor antídoto contra el tráfico.