miércoles, 13 de abril de 2011

Evangelio, regalo divino

El evangelio es un regalo, generalmente los regalos son de índole personal, de igual manera, éste del cual hablamos es personal y al mismo tiempo colectivo, pues cada individuo toma la decisión de aceptarlo o rechazarlo, para hablarse después de "los salvados y los perdidos". Puede ser que existan regalos que no se acepten, pero ninguno ha sido más rechazado y aceptado que el evangelio. Los regalos casi siempre vienen envueltos en papel y misterio. La sorpresa sucede cuando vemos aquello que no esperamos y el misterio se desvanece cuando sabemos lo que es. ¿Cuánto de regalo tiene el evangelio? 

Jesús el Hijo de Dios vino como regalo envuelto para salvar al mundo. Su divinidad jugó un papel secundario mientras el protagonista fue su cuerpo humano. Filipénses capítulo 2 habla de la kenosis, Jesús, El Cristo, el Hijo de Dios, se humilló, vació y se ofreció a si mismo para salvar al hombre. Lo que había de hacer cambiaría para siempre su naturaleza, pues aunque sigue siendo Dios, seguirá siendo humano por la eternidad. Entender esto a cabalidad es difícil, aún cuando lo explique el más docto, y personalmente creo que el apóstol Pablo, de cuántos teólogos existan y han existido, es el más destacado. Ni siquiera él lo pudo explicar a espejo limpio. Se entiende que este misterio de piedad nos perseguirá por la eternidad, nunca nos cansaremos de hablar de ello. Y aunque no vivamos en la dimensión de Dios, éste si vivirá en la nuestra a través de Jesucristo. Dios sabe lo que pensamos, decimos y hacemos, sin embargo, solo nos puede comprender plenamente a través del mismo regalo ofrecido.

Cuando damos y recibimos un regalo de corazón llegamos a valorarlo más. Me viene a la mente la imagen que ha circulado al mundo del Presidente Checo Vaclav Habel "escondiendo una pluma en su bolsillo". Para muchos esto fue un robo descarado, para otros, un problema de cleptomanía del presidente. Lo cierto es  que este acto se ha repudiado  y creo que ese "autoregalo falso" jamás alegrará su corazón. Jesús, muchas veces llega a parecer como esa pluma, a la fuerza es recibido y así como recibido, así será despreciado. Cuando los colonizadores ofrecían a su Mesías, lo hacían a punta de espada, de esa manera, lo más seguro era que habrían "muchas conversiones". A veces sucede hoy con los colonizadores modernos, quienes de la misma manera, en un deseo de "terminar la obra del evangelio" asfixian a millones de gentes con un mensaje manipulado cargado de egocentrismo, show, espiritismo y cuantas formas demoníacas existen.Y una de ellas es lo que sucede en Semana Santa.

El regalo de la divinidad, que históricamente sucedió por los días de marzo o abril es una bendición cuando realmente buscamos ese sosiego calmo que da el Espíritu de Dios. Pero tristemente lo que se ve en esos días es multitudes comprando pescados y mariscos como si fueran ropa en liquidación, y esto es, porque la gente vive de regalos falsos. La gente no quiere comer carne roja esos días y así se comportan, una vieja, falsa y tonta tradición los ha hecho así. Regalan porque tienen que hacerlo, regalan porque hay un compromiso de por medio, regalan porque vienen días donde que hay que hacerlo, regalan porque es la fecha importante de.... Estos regalos falsos malogran y han malogrado el gran regalo de Dios. Las tradiciones son una plaga que envenenan el cuerpo y el espíritu, y nadie se salva de ella, pues estan en todas partes. 

Jesús, el regalo de Dios quiere ofrecerse de manera voluntaria, digna y consciente. En esta fecha que se avecina, toma la Biblia y medita en los capítulos de la pasión de Cristo. Haz de esto tu primer trabajo. Que sea el comienzo de una verdadera búsqueda espiritual, que no se quede solo en una semana que rápido se olvida, sino, en un despertar salvífico pues el que ha de venir vendrá y no tardará. Regala de corazón no por autoimposición, esto será evidencia del cambio. La dádiva de Dios fue ley pareja para todos, eso nunca lo comprenderemos, pero si se puede imitar. ¡Dios nos ayude en Semana Santa!