domingo, 9 de enero de 2011

El Temor

Según una fuente del periódico El País, un 45% de las personas teme por sus bienes materiales, un 42% teme por su persona y su familia y un 49% no se siente seguro en su país. La clase socioeconómica alta siente más temor de vivir en el país y poder perder sus bienes materiales, mientras que la clase media tiene más temor por su persona y su familia.


El temor está presente en los seres humanos después del pecado, el temor siembra ansiedad, incapacidad de enfrentar decisiones, espanto, irritación, dolores de cabeza y un sin fin de problemas, aunque también los especialistas aseguran que la tensión de alerta causada por el miedo es necesaria para vivir, pues sirve para superar los peligros reales, y además, nos ayuda a defendernos de nuestra angustia.

En Deuteronomio 31:8 Jehová garantiza al pueblo de Israel que él irá delante, que no lo dejará en la travesía a la Canaán, por lo tanto que no temiera. En el N.T de nuevo Dios dice "No se turbe el corazón", la relación y destino al igual que con el pueblo Israel es, la patria celestial. Una de las cosas que más produce miedo es el aventurarse por lo desconocido. El miedo a fallar, a que no salgan las cosas, es lo que hace que muchos ni siquiera lo intenten, y se queden en el stop.

El aspecto clave para superar el miedo es el desarrollar la confianza, pero en Dios. El cristiano debe aprender a avanzar, pero por fe. Esta combinación jamás estará separada. Aquel que tiene fe, siempre avanzará, sucedió con el cruce del Mar Rojo y el Rio Jordán, sucedió con las vueltas a Jericó y David corriendo hacia Goliat, sucedió con Jonatán y su escudero trepando para aniquilar la guardia enemiga, mil veces lo encontramos en la Biblia y mil veces no debiera sorprendernos.

Te invito hoy avanzar y avanzar por la fe, el temor puede venir, pero no debiera quedarse permanentemente, si eso pasa, se convertirá en un miedo crónico, capaz de cernearnos por dentro y por fuera. El auxilio divino jamás tardará en aquel que lo invoca, esta es una seguridad para el cristiano. Ningún ser humano ha pasado más luchas y vicisitudes que el cristiano, y a ellos como a ninguno se le ha garantizado más el éxito. ¡Bendita aparente incongruencia!