viernes, 30 de mayo de 2014

El Arca de la Alianza ¿ Dónde está?

Dos cita de Elena White que nos dicen algo... Entre los justos que estaban todavía en Jerusalén y para quienes había sido aclarado el propósito divino, se contaban algunos que estaban resueltos a poner fuera del alcance de manos brutales el arca sagrada que contenía las tablas de piedra sobre las cuales habían sido escritos los preceptos del Decálogo. Así lo hicieron. Con lamentos y pesadumbre, escondieron el arca en una cueva, donde había de quedar oculta del pueblo de Israel y de Judá por causa de sus pecados, para no serles ya devuelta. Esa arca sagrada está todavía escondida. No ha sido tocada desde que fue puesta en recaudo (PROFETAS Y REYES, p. 334). Dios permitió que Israel fuera llevado en cautiverio por causa de su transgresión de los mandamientos del Señor y sus malas acciones, para humillarlo y castigarlo. Antes de la destrucción del templo, Dios informó a unos pocos de sus fieles siervos el destino de ese edificio, que era el orgullo de Israel, y que ellos idolatraban mientras al mismo tiempo pecaban contra Dios. También les reveló el cautiverio de Israel. Esos hombres justos, inmediatamente antes de la destrucción del templo, sacaron el arca sagrada que contenía las tablas de piedra, y con dolor y pesar la ocultaron secretamente en una caverna donde estaría escondida del pueblo de Israel por causa de sus pecados, para no serles restituida nunca más. El arca sigue escondida. Nadie la ha perturbado jamás desde que se la escondió (LA HISTORIA DE LA REDENCION, pp. 200, 201). un comentario bíblico del CBA T3 Tierra gloriosa (Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa.). Es decir Palestina (ver com. cap. 8: 9). Según la opinión de que los romanos aparecen en el vers. 14, la conquista de Palestina que se describe aquí correspondería con la de Pompeyo, que en 63 a. C. intervino en una disputa entre dos hermanos, Hircano y Aristóbulo, rivales en la lucha por el trono de Judea. Los defensores se encerraron detrás de los muros del templo y durante tres meses resistieron a los romanos. Fue en esta ocasión cuando, según Josefo (Antigüedades xiv. 4. 4), Pompeyo levantó el velo y contempló con asombro el lugar santísimo, que estaba vacío puesto que el arca había estado escondida desde el exilio (ver com. Jer. 37: 10). (CBA T3, p. 895).