viernes, 9 de mayo de 2008

Las imágenes, ¿Es correcto tenerlas, venerarlas o adorarlas? Parte III





(Este tema es un gran paréntesis, que será útil para entender lo propuesto anteriormente)

En mí opinión personal, las artes son genuinas mientras no invadan el terreno de lo moral y religioso con representaciones viles y amorfas, que llegan al punto de degradar los “cánones de vida establecidos por Dios y a él mismo”. Muchas preguntas pueden venir al respecto, una de ellas es, ¿Cuál es la línea de lo “bueno” y lo “malo” en el mundo del arte?, es como la clásica interrogante juvenil, ante muchos temas, donde por su inmadurez les hez difícil reconocer, cuando al igual que la pregunta planteada, dicen, por ejemplo, ¿Hasta dónde pudiera llegar en mis relaciones amorosas?, es una desgastante e inagotable reflexión que no encuentra el final, tal como los hoyos negros en el espacio estelar. Esa delgada línea que separa lo “prohibido” de lo que es “genuino”, siempre martillará la conciencia humana, y llevará a ésta a “guardar” o “rechazar”, según perciba su entendimiento.

Reconozco que este es un tópico muy sensible, pero al mismo tiempo “excitante”, por lo que quisiera “hilar” lo más fino posible en este asunto para no despertar algún “sentimiento encontrado” (sabiendo también que es casi imposible satisfacer a “partes iguales”). La expresión artística, siempre se ha visto como algo genuino, es el vehículo que utiliza el “corazón” para interpretar la vida, es como un caballo salvaje, ¡indomable, que corre libremente por los campos!, el arte no se puede ni se podrá encadenar. En una breve pincelada podemos ver los laberintos que puede recorrer el arte sin ser nunca encerrada y atrapada, ¿Quién no llena sus ojos de asombro al contemplar una obra de Bouguereau pintor clásico del siglo XIX como “Inocencia”, quien con una técnica perfecta hiperrealista es capaz de reproducir, lo que ni siquiera una cámara fotográfica conseguiría . ¿Qué mejor manera de reconocer los horrores de una cobarde masacre, como sucedió en el indefenso pueblo de Guernica, cuando fue bombardeado aéreamente, vileza que llevó a Picasso pintar una de sus más importantes obras, como lo fue el gran mural “Guernica”? ¿Cómo quedarse callado y no suspirar de emoción al contemplar los increíbles planos de profundidad como aparecen en el gran lienzo “Las Meninas” de Velázquez?.

El arte es maravilloso, Pero, ¿Qué pasa cuándo entra al territorio de lo sagrado? ¿Tiene que comportarse de igual manera? ¿Podrá diferenciar lo sagrado de lo común; aún cuando lo común el arte lo presente como sagrado? ¿Es necesario que una pintura o escultura, para que sirva con un “propósito sagrado”, deba mantener su naturaleza libre e indomable?. Si se va a aplicar el arte como expresión sagrada de adoración, ¿No fuera correcto entonces su uso en las iglesias?, ¿Cuál es la diferencia entre un cuadro de Cristo colgado en la casa y uno en la iglesia?, ¿Puede “clasificarse” el cuadro de la casa como “puro” y el de la iglesia como “espurio”?.

Si la concepción de Dios para su iglesia (como plantea correctamente el Nuevo Testamento), era de reunirse en casas y no en templos, pero que con el tiempo, el Templo “lleno de hermanos” es lo que hoy se ha considerado “instancia y lugar adecuado de adoración”(que creo que hay que corregir), ¿Por eso es correcto que se adornen las casas con las imágenes bíblicas y de Cristo, porque no son iglesias?; saltando un poquito a una realidad más ortodoxa en el aspecto de las imágenes ¿Cuál es la diferencia de que para un programa especial que dura un fin de semana, se pueda ornamentar con lienzos grandes de Cristo, pero pensarlo un millón de veces (si es que se piensa) para colocar un escultura de Cristo?. ¿Es porque la escultura evoca un “sentimiento pagano de adoración y la pintura no? ¿Es porque la pintura es un tema ya superado? ¿Será porque la Biblia solo esta aplicando el concepto de “imagen” a la escultura? ¿O es porque se podría acusar a tal iglesia de “paganos” porque están adorando las imágenes?; ¿Sería porque las personas más sensibles podrían desvirtuar su fe en Cristo y depositarlas en las imágenes, como ha transcurrido en muchas iglesias a lo largo de los siglos, y así no ser piedra de tropiezo?.

Son muchas preguntas, la Biblia da una respuesta “no te harás imagen, …ni las adorarás”. El arte, expresión divina dada al hombre, jamás invalidaría esta orden! Cerrando este gran paréntesis, Algunos enfatizan que la tajante prohibición de no adorar imágenes nunca debería aceptarse de manera absoluta, porque en el santuario israelita, precisamente en el lugar santísimo se encontraba el arca del propiciatorio, que con sus dos querubines en ambos extremos adornaba y cubría el arca, mueble más sagrado del santuario. También en otra ocasión Dios mismo ordeno a Moisés construir una serpiente de bronce que fue puesto en un asta donde todos los israelitas “mordidos” debieran contemplar para ser salvados.
Estos dos alegatos a favor de la “despenalización idolátrica” que supuestamente la Biblia esta favoreciendo, realmente no tienen ningún sustento teológico, ya que lo que realmente esta presente en casi todos los libros de las Escrituras es el tema de la prohibición de imágenes, y no el tema a favor de la adoración de imágenes, y segundo, en ambos “supuestos argumentos”, el texto no determina un “vamos” a la adoración de imágenes, sino todo lo contrario.


En el primer caso, las figuras de querubines que adornaban el arca del propiciatorio, eran vistas exclusiva y solamente por el Sumo sacerdote una vez al año, cuando entraba al lugar santísimo en el día de la expiación. El pueblo no tenía acceso a esta obra de la orfebrería, aparte de toda la connotación espiritual que reviste estos dos querubines. Y en el segundo aspecto, la serpiente de bronce, presentada al pueblo “mordido por serpientes” era solo y exclusivamente para ellos. La serpiente en la Biblia es símbolo de Satanás, estaba también presente en las diademas de los faraones, es un símbolo del mal, pero aplicada al mismo Cristo, que “tiene que hacerse pecado (mal)” para salvar al hombre.

Años más tarde cuando el pueblo de Judá servía a la idolatría, Dios levantó a Ezequías quien además de quitar los lugares altos, quebrar las imágenes, y cortar los símbolos de Asera, también hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés y que el pueblo le quemaba incienso. Si esa serpiente hubiera sido apartada por Dios para que el pueblo siguiera recordando “la sanidad y salvación una vez por medio de ella ofrecida simbólicamente”, nunca lo habría permitido. Dios nunca puede ser representado, porque él no puede ser dominado por el espacio, materia ni tiempo, tratar de representarlo es intentar achicarlo.

Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;
19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
22 Profesando ser sabios, se hicieron necios,
23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Reuel, me gustó mucho tu artículo pues aunque es un blog bien teológico, tu forma de exponerlo, es clara, quitando la parte de los nombres que siempre nos complica pero que es importante conocer, se entiende perfectamente y nos ayuda a comprender la adoración de las imágenes que es tan común en nuestros días, te felicito y sigue adelante, nos inspiras a estudiar, algo que hacemos muy poco, apurado estudiamos la lección de Escuela Sabática.