jueves, 8 de mayo de 2008

Las imágenes, ¿Es correcto tenerlas, venerarlas o adorarlas? Parte II



El concilio de Elvira, mencionado en el segmento anterior, establece un precedente para erradicar las pinturas de las iglesias que incitaba a sus miembros adorar. En este punto, es necesario ingresar al camino del arte para entender como se concibe la teología (aunque algunos plantean, que la religión pone las pautas del arte o sea, como se creía, se construía, pintaba y esculpía). La historia del arte es tan vasta, porque trata justamente de la historia de la humanidad, es el arte quien clasifica las etapas y las ordena, es el arte, el encargado de expresar los sentimientos, las emociones, la religiosidad.

El mundo artístico donde la iglesia primitiva del primer siglo le toca surgir, daba suma importancia a la pintura, escultura y arquitectura (estas tres artes generalmente se estudiaban juntas y se las trataba como unidas e inseparables), éstas artes con una fuerte influencia griega, especialmente la pintura, estaba presente desde las casas hasta los palacios y edificios. Los romanos eran célebres en el uso de la pintura sobre tabla (también trabajaban el fresco), decorando en forma de mural muchos espacios de las casas con temas que van desde las “especialidades” que presta una prostituta hasta delicadas escenas de amorcillos, como se pueden ver en pinturas restauradas de ciertas casas de Pompeya, ciudad destruida por el volcán Vesubio en el año 79 d. C.

Justamente desde la primera mitad del siglo I hasta la segunda mitad de dicho siglo, la pintura se pasea por dos estilos que no necesariamente se apartan radicalmente sino que se complementan. En la primera mitad, las pinturas se hacen con el fin de ornamentar, no es preciso pintar en dimensiones o planos para buscar una perspectiva tridimensional (lo que si sucede en la segunda mitad del mismo primer siglo, donde la pintura adquiere un aspecto mas profundo, a lo que llamó Leonardo da Vinci 1450 años después “perspectiva aérea, los objetos o personas en sus contornos no delineados, más bien borrosos, para lograr las perspectivas o profundidad deseada), lo que realmente interesa es el aspecto decorativo, que resulta en embellecer un sala o un cuarto de una casa.


De esta manera uno puede entender, que las pinturas de santos y temas bíblicos, realmente tenía un propósito no tan “pagano” en el seno de la iglesia, sino más bien decorativo, porque esa era la visión con que se concebía las obras pictóricas, ¡y que mejor lugar que una iglesia para mostrar la belleza del arte, que sin duda es un don divino, al mismo tiempo que enseña los caminos de Dios mismo! Sin lugar a dudas, éste “no tan mal” asentaría las bases para “un mal peor” en el “presente futuro”.
Las pinturas ya por los siglos III y IV obedecen también a este estilo clásico de plasmar la realidad de manera formal, con una pincelada bien estilista. En las catacumbas, hay testimonios de frescos que representan escenas bíblicas del Nuevo Testamento. En uno de ellos Jesús es representado como el buen pastor, que si bien es una excelente obra no puede esconder la sombra de la inspiración en la idea principal, que es el dios griego Hermes.

Por temor a una invasión secularista sobre lo sagrado (las artes vistas desde esa perspectiva como la entendían algunos connotados, entre ellos Sereno), que estropee y de destruya la verdadera adoración y relación del creyente con Dios, es entonces menester, que se alejen y destruyan estas “evidencias artísticas” porque estaría exponiendo lentamente a los hermanos en la línea abierta y ancha de la idolatría. Y como se sabe, el ser humano siempre quiere plasmar su fe; es una tendencia casi natural, en mi opinión producto del pecado, hacia la idolatría.

1 comentario:

Prompte et Sincere dijo...

¡Wepa que guapo eres! me gustaría poner *tu* imagen en mi blog. ¿Tienes una fotó mas grande?