viernes, 12 de marzo de 2010

EL CONCEPTO REMANENTE EN EL NUEVO TESTAMENTO, PARTE II

por

Pr. Pablo Millanao
Febrero de 2010

El remanente existe por iniciativa divina, pero no por una elección arbitraria de


Dios; ser parte del remanente es una elección libre ofrecida al hombre. Siempre es una

alternativa, una opción. Jesús ilustró eso mediante el relato de las puerta ancha y angosta

(Mat 7:13, 14). El camino que conduce a las puertas, como las puertas es sí, están

disponibles para todos; pero son pocos (ojli÷goi) los que diligentemente encuentran la que

conduce a la vida. La raíz ojli÷goß es de uso técnico en labios de Jesús. Salvo por un

pasaje1, todos aluden a los “pocos” que aceptan a Dios: obreros diligentes, escogidos y

fieles.

Existe una línea temática en Mateo sobre el pastor mesiánico. Mt 2:6 toma de

Miqueas (5:2-4) para hablar de aquel que apacentaría a Israel. La imagen del pastor vuelve

a aparecer en Mateo en 9:36; 25:32-33 y 26:31. La primera y última referencia destaca

pensamientos y palabras de Jesús respectivamente; Jesús tiene compasión pues están

dispersas las multitudes, luego anuncia que se dispersarán pues el pastor les será quitado.

En medio queda Mt 25 (el juicio de las naciones) en donde se discrimina entre las ovejas y

cabritos. Es importante señalar que Jesús desea atraer a las ovejas, pero estas a su vez

pueden dispersarse si no están seguras en él. Cualquier obra discriminatoria finalmente se

operará en base a las decisiones de quienes fueron llamados alguna vez por Jesús.

Los capítulos 21-22 de Mateo comparten algunas ideas básicas en común. Tanto

los eventos, discursos, debates y parábolas destacan un hecho negativo: la mayoría del

pueblo y sus dirigentes no había dado frutos ni reconocía al Mesías. Por tanto, como

antítesis, el remanente cristocéntrico (1) adora a Dios correctamente (21:12-16), (2) su fe

1 Mt 15:34, refiriéndose a los pocos pececillos. Mt 7:14 (nuestro pasaje); 9:37 (pocos obreros para


la mies); 22:14 (muchos llamados, pocos escogidos); 25:21, 23 (sobre poco has sido fiel, sobre


mucho te pondré).



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da frutos (v. 18-22; 21:43) y (3) reconoce la autoridad de Cristo (v. 23-27; cf. antítesis

22:3) haciendo su voluntad (v. 28-32; 22:121).

Mateo hace eco de uno de los primeros referentes del concepto “remanante”: Noe

(Mat. 24:37; cf. Gen. 7:23, sûaoe}ar)2. Mateo está fijando el setting social en el cual ocurrirá la

Segunda Venida3, y en ese contexto habrá un remanente preparado, como lo hubo en el

diluvio. Este remanente se distinguió de su entorno por contraste, por lo cual su naturaleza

fue visible. Se infiere que el remanente final compartirá un escenario similar. Pedro

desarrolla una idea similar comparando el arca con el bautismo (1 Ped 3:20-21) y la el

diluvio con la destrucción de la tierra por fuego (2 Ped 3:6-7, 10). Quienes se salven no

compartirán un arca con el remanente, sino, una fe viva en Cristo al haber nacido de

nuevo4.

Es conveniente abordar un pasaje que ha sido usado para establecer el concepto del

remanente en los evangelios y como uno de los objetivos del ministerio de Jesús: Luc

12:32.5 La expresión “manada pequeña” no desarrolla su significado pleno en lo

1 Aquí las vestimentas son dadas por el anfitrión, y en el caso de Cristo, es su justicia que ha obrado


en el carácter de sus invitados; sus sobras sus justas y consecuentes con las de su Maestro. Ver


Ellen White, Palabras de Vida del Gran Maestro (Buenos Aires: ACES, AÑO), 251. La mayoría


de los comentadores concuerda al considerar casi infundado e irrelevante el hecho que el anfitrión


entregue la vestimenta, lo que resta fuerza al mensaje de la parábola; ver Donald Hagner, “Volume


33B: Matthew 14-28”, Word Biblical Commentary, 52 vols. (Nashville: Thomas Nelson, 2006),


33B: 631.


2 Identificado como el remanente que sobrevive; Hasel, op. cit., 135-136; Pat Graham, “The


remnant motif in Isaiah.” Restoration Quarterly 19, no. 4 (1976): 217;


3 Lucas es más elaborado en su descripción, comparando, además, la decadencia moral con la de


Sodoma y Gomorra (Luc. 17:26-30).


4 Martines destaca el aspecto relacional entre Dios y Noe, como aquello que lo constituye “justo”


(Gen 6:9), por sobre un aspecto netamente legal; Martines, op. cit., 29.


5 Ben F. Meyer, op. cit., 123. Algunos alegan que el interés de Jesús en la “manada pequeña”


ocurre de manera circunstancial debido al rechazo del pueblo en general. Bultmann y Kattenbusch


creen que Jesús no deseaba un abordaje cerrado, buscando alcanzar a todo el pueblo.



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cuantitativo, sino, en lo cualitativo. Denota cercanía con aquel que los salva; salvación que

ha de alcanzar a otros por medio de los ya alcanzados. Este énfasis salvífico cobra un

matiz contemporáneo y escatológico sintetizado en la idea del reino. El reino se manifiesta

en el cuidado divino expresado en los versos precedentes (v. 22-31)1, como también, en la

consumación del plan de salvación2. Al usarlo con sus discípulos, Jesús está

conformándolos como el núcleo del nuevo Israel.3

Sabemos que la formación de un grupo sectario es ajeno al ministerio de Jesús (Mrc

9:38-40). Algunos teólogos toman esto como prueba concluyente de que la formación de

un remanente no era de interés de Jesús4. Sin embargo, esta incongruencia parte de una

definición arbitraria de remanente: que debía ser una comunidad cerrada y exclusiva. Así

se daba con los diferentes grupos en el tiempo de Jesús y los teólogos le imponen está

característica social5. Si bien el ministerio de Jesús no buscaba el exclusivismo, tampoco

planteaba una comunidad desprovista de una caracterización inmediata y escatológica.

Esta noción bebe de las nociones veterotestamentarias sobre el remanente. Hasel lo resume

en quienes han quedado o sobrevivido los juicios directos de Dios, por intermedio de

1 Análogamente, el poder de Satanás es severamente limitado (Cf. Luc 10:9, 18; Mrc 1:15).


2 La tensión entre lo presente y aquello por venir. Lucas también describe el reino en tiempos


futuros, al igual que los otros evangelistas en los mismos pasajes paralelos (Luc 9:47; 21:3). La


tensión entre el reino de Dios presente y el por manifestarse, es definido como el “reino de gracia”


y el “reino de gloria”, respectivamente, por Ellen White; ver Cristo en su Santuario (Buenos Aires:


ACES, 1990), 81-82; Deseado de todas las gentes (Buenos Aires: ACES, 2003), 390; Discurso


Maestro de Jesucristo (Mexica, D.F.: Ediciones Interamericanas, 1964), 92-93.


3 Hans LaRondelle, “The Remnant and the Three Angels’ Messages”, Handbook of Seventh-day


Adventist theology (Hagerstown: Review and Herald, 2000), 864.


4 Se alude generalmente a la parábola del trigo y la cizaña, una aparente tolerancia sin ninguna


restricción selectiva (Mat 13:24-31; Mrc 4:26-29).


5 Los escribas y fariseos fueron criticados duramente por Jesús debido a su espíritu cerrado,


impositivo y proselitista (Mat 23:15; 23:2-7, 15; Mrc 12:38-40). Los esenios también ostentaban


tal identidad sobre si mismos.



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catástrofes o invasiones enemigas. Aquí se conjugan los aspectos positivos y negativos del

remanente en los que se salvan/quedan y los que se pierden respectivamente1. Esta misma

ideología esta presente en el evangelio de Juan. En su dialogo con Nicodemo Jesús señala

que el ha venido a salvar al mundo, pero habrá quienes se condenarán pues no han creído

en él (Jn 3:17-20). La invitación de Jesús ciertamente es amplia, pero la decisión particular

puede precipitar un juicio negativo, resultando en que solo algunos persistan en la

comunidad cristiana: un remanente.2

En el libro de Hechos, hay una alusión intertextual al remanente en 15:17. Jacobo

cita Amos 9:11-12, donde hay una clara alusión al remanente.3 Jacobo aplica las palabras

de Amos a la conversión de los gentiles y su inclusión a la iglesia, el remanente mesiánico.

Hasta aquí, vemos que se opera una dinámica un tanto inversa al AT. Cuando Dios

llamó a Abrahán, su intención era que a través de él todas las naciones fueran benditas. Él

constituiría el núcleo inicial. A medida que el pueblo se multiplicó y apartó de Dios, la

noción del remanente se hizo más patente cuantitativamente, pues pocos eran los fieles y

sobrevivientes. De muchos que llegó a ser el pueblo de Israel, un grupo menor quedó4. Sin

embargo en los evangelios y Hechos vemos un cuadro diferente. Jesús invita a todos

nuevamente. Todos pueden decidir integrarse a la nueva comunidad mesiánica. Se genera

1 Hasel, 386-387.


2 Muy relacionado con esto Ben F. Meyer dice: “To focus the issue more sharply: Jesus appeals for


the allegiance and communion of faith precisely in view of the swiftly approaching judgment…


…faith is combined with the demand for repentance and set under the sign of judgment. Faith saves


from judgment. But faith is an option, an act freely placed, with the antecedent possibility of


refusal. The alternative, the refusal of faith, is a real alternative; judgment, a real peril. It is in this


perspective that the question of Jesus and the remnant is accurately posed” (Ben F. Meyer, 128).


3 Se refiere el “resto (tyîrEaVv) de Edóm” que sería incorporado a Israel en el periodo Mesiánico.


4 A estos debió convocar Juan el Bautista con su ministerio, ayudándoles en su decisión con la


proclamación de un juicio venidero (Mat 3:10-12). Estos eran lo que habrían de recibir al Mesías, o


no.



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una progresión in crescendo: los apóstoles, los setenta, la iglesia, los gentiles conversos,

etc. El remanente crece, manteniendo siempre la misma cualidad: aquellos que han sido

salvos por Cristo.

La noción de remanente en los escritos paulinos

El apóstol Pablo solo utiliza términos técnicos para “remanante” en Romanos (9:27;

11:5). Sin embargo, desarrolla la idea de un pueblo especial y santo en casi todas sus

epístolas: una iglesia “santa”1 y “llamada” por Cristo.2

La cita de 9:27 esta precedida por una referencia directa a Oseas (2:23, 1:10). Estas

referencias cimientan la inclusión de los gentiles al pueblo de Dios.3 En 9:27, Pablo cita a

Isaías (10:22) que plantea la exclusión del Israel, salvo por un remanente (uJpo/leimma)4.

La unión de Oseas con Isaías funda las bases para la teología de Pablo en los capítulos 9-

1 Rom 1:7; 8:27; 12:13; 15:25, 26, 31; 16:15; 1 Cor 1:2; 6:1, 2; 14:33; 2 Cor 1:1, et al. La palabra


griega es a‚gioß, que describe a una persona consagrada a Dios, pura, reverente, en condiciones de


estar cerca de la divinidad; reservada para Dios y su servicio. Pablo se denomina “colaborador”


(sunergo/ß) de Dios, que puede entenderse como una extensión de esta cualidad cristiana. Sus


ayudantes reciben esa misma categorización. El trabajo “sinergético” une a los individuos con Dios


y entre ellos mismos; constituye una comunidad de servicio.


2 Rom 1:6, 7; 8:28; 1 Cor 1:2, 24. El vocablo técnico es klhto/ß , que puede significar llamado o


invitado. Se repite la noción expresada en los evangelios en donde la decisión personal marca la


diferencia entre ser llamado, y responder, pasando a ser caracterizado por ese llamado. En éste


último sentido es que Pablo más lo utiliza.


3 John Stott, Romans: God’s Good news for the World, (Downers Grove: Intervarsity Press, 1994),


274-275.


4 Este remanente no es casual, pues “el Señor de los ejércitos… [les dejó] descendencia” (v.29).


Esto se refuerza con la inclusión del artículo definido en el v. 27 (to\ uJpo/leimma), siendo que el


TM no lo incluye. Pablo quiere enfatizar la voluntad de Dios en acción.



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111. La inclusión de los gentiles y la exclusión de gran parte de Israel se basa en un solo

principio: la fe en Cristo y no las obras (v. 30-31)2.

La siguiente mención que hace Pablo está en 11:5. Esta justo en medio de una

sección compuesta por los vv. 1-103. Pablo inicia preguntando si Dios ha rechazado a su

pueblo, respondiendo tajantemente que no. El apóstol presenta al remanente (leivmma)

como prueba que Dios no ha rechazado a “su pueblo”, respaldándola por su ejemplo

personal: él mismo es israelita y salvo por gracia (v. 1, 6). Tanto Pablo y este remanente

son comparables a quienes Dios ya había congregado años antes en torno al profeta Elías

(v. 3, 4; cf. 1 Re 18-19). Dios los congrega por su voluntad y elección, a la cual han

respondido. Israel tenía un fundamento étnico para su elección4, sin embargo, ahora es la

gracia (ca¿ritoß). Debido a ella, tanto judíos (aludidos específicamente aquí) y gentiles

pueden conformar este remanente5.

1 Leon Morris, The Espistle to the Romans (Grand Rapids: Eerdmans, 1987), 369.


2 A este grupo, Nygren identifica como el remanente; aquellos judíos que, al igual que Pablo, han


creído en Cristo. Anders Nygren, La espistola a los romanos (Buenos Aires: La Aurora, 1969),


307.

3 Ibid, 332; Stott, 292-294; Morris, 397; Philip F. Esler, Conflicto e identidad en la carta a los


Romanos (Navarra: Verbo Divino, 2005), 402-405, et al.


4 William Sanday y Arthur Headlam, A critical and exegetical commentary on the Espistle to the


Romans (Edinburgh: T & T Clark Ltd, 1980), 313.


5 Morris, por antítesis, alude implícitamente a este hecho. Dice: “The others evidently mean the


nonelect, and this incluyes Israelites as well as Gentiles…” (Morris, 403). Si los no electos son


tanto de Israel como de los gentiles, lo contrario también es cierto, pues la base para la elección es


universal: la gracia. Fitzmyer sostiene, en cambio, que en este pasaje Pablo tiene en mente a los


judíos creyentes como “los electos”, aunque en general esta expresión puede aplicarse a judíos y


gentiles creyentes (Fitzmyer, 606).

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