lunes, 21 de abril de 2008

¡ SE LEVANTÓ PARA BAJAR !

Es normal para alguien que en el ejercicio de levantar tenga después que bajar, pero la idea expresada en el contexto de una "misión" es que se adelante y no baje. En las Escrituras hay muchos que se ubican en este "catálogo". Creo que el más famoso fue Jonás, que de hecho, descendió como ningún humano ha experimentado. Hay una "historia" de un marinero llamado James Bartley que iba en un navío ballenero llamado "Star of the East" en el año 1891, que desapareció en una confrontación con un gran cachalote, el animal fue muerto, y al quitarle la grasa, después de un día de trabajo dieron con el hombre desaparecido. dice la historia que James no podía pronunciar ni una palabra, después de unas semanas se recuperó, contando lo que recordaba, y esto era que estaba dentro de este animal y aterrorizado sabía que se lo había tragado, pero que el calor y la inmovilidad forzada, hicieron que perdiera el conocimiento, su piel jamás recuperó su color natural debido a los jugos gástricos del animal. Esta historia incentivó la investigación de Edward B. Davis, profesor de Messiah College en Grantham, Pennsylvania, para aclarar el suceso. Su investigación se resume en un artículo en 'The American Afiliación a la Ciencia', publicado en 1991. Aunque la historia sea interesante, no se compara con la experiencia de Jonás tres días en el vientre del pez, solo el poder de Dios preservó la vida del profeta de los potentes jugos gástricos almacenados en el gran estómago de 16 metros donde se pueden almacenar hasta tres toneladas de alimento (tomado de referencia a la de una ballena). Dios llamó al profeta Jonás, cuando Jeroboam II reinaba en Israel del Norte, ésta época fue una de las más prósperas política y económicamente, el reino alcanzó una fama y límites sin precedentes, y en este contexto de "disfrute material" pero bajísimo en lo moral y religioso, el Señor le dijo, ¡"Levántate"!, una orden bastante arriezgada y "comprometedora". Parece que el profeta estaba en un estado de complacencia y disfrute "bien tranquilo y relajado", no cabe duda que las palabras de Dios no le sonaron muy bien en sus oídos. Sería muy prudente analizar el verbo empleado para "Levántate"; este viene del hebreo "qum" que indica un cambio de posición, "es erguirse la persona", se adquiere una posición y actitud que se necesita para llevar a cabo una misión. Nadie puede hacer nada si mentalmente y físicamente esta "echado". ¡Y Jonás estaba literalmente "echado"! La misión fue "pregonar", (parece que anunciar la "Palabra" desde antaño siempre es lo que más cuesta y que no todos están dispuestos a cumplir, e incluso los ´elegidos´para esto). Entonces empezó el descenso, el versículo 3 indica que Jonás se levantó, ¡pero para huir!. La terminología hebrea tiene dos palabras para huir, una es "baraj" y la otra es "nús", ambas tienen parecida connotación, pero la que aparece en el texto es "baraj" que literalmente se expresa en términos idiomáticos hebreos como "huir de su presencia", literalmente "huir del rostro de", eso era lo que se quería conseguir. ¡Alejarse lo más rápido posible, de Aquel que había dado tal locura de orden!. El mismo versículo 3 indica "y descendió a Jope...". El verbo usado para "descendió" es "yarad", éste se usa no solo para designar un desplazamiento físico de un plano elevado a otro plano más bajo, sino un descenso a una dimensión espiritual más baja. Ese era el problema de Jonás, ¡un problema espiritual!, la vida cómoda provista de todo lo necesario lo había alejado de la dependencia de Dios. Pero Dios ve en él, todavía un diamante por pulir, un discípulo que necesita de una misión para fortalecer su fe; enviarlo Dios a Nínive, la férrea y feroz capital de Asiria, reino dominante de la época, era como enviarlo "a los leones", Para Dios la fe se mide en el terreno, para el hombre también. El texto en el mismo versículo 3 indica "entró en ella...", el contexto es que Jonás entro en el barco, sin embargo, la palabra hebrea usada para "entró" es el mismo verbo "yarad", por lo que podemos leer más correctamente "descendió". Del barco, siguió descendiendo al mar y del mar al enorme estómago del pez que Dios había dispuesto. Esta historia real llevó en un sentido metafórico a comparar el descenso de Cristo a la tumba cuando murió por la raza humana. Nadie descendió más que Cristo que dio su vida por nosotros los pecadores. "El que no conocía el pecado por nosotros se hizo pecado". la historia de Jonás se narra como un hecho secuencial de alguien que desobedeció la orden de Dios, pero que se convierte hoy en una vivencia consecuencial de cuales son los resultados cuando desobedecemos a Dios. ¡Dios quiera que siempre le podamos obedecer!

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