lunes, 4 de julio de 2011

La justicia social


Por Renel Gómez, 4 de julio

La justicia social es un concepto bastante comprendido en nuestro siglo XXI. En 1843, un jesuíta italiano llamado Luigi Taparelli fue el primero en usar la expresión "justicia social". El decía "la justicia social debe igualar de hecho a todos los hombres en lo tocante a los derechos de humanidad". Aunque en el lenguaje, el término es relativamente nuevo, su uso es tan viejo como el pecado. El libro de Amós, en mi opinión, es el que más duro habla en la Biblia de esta situación.

Obviamente la palabra justicia aparece muchas veces en las Escrituras, pero, a diferencia, la palabra social no aparece en ningúna ocasión. Dándole un significado meramente comunitario podemos decir que la justicia social inicia la búsqueda del equilibrio entre grupos desiguales socialmente. Dificilmente este hablando en términos parejos de posición o riqueza,  sino de oportunidades de una vida de calidad.

Posiblemente una de las descripciones más favorables acerca de lo que no es justicia social se encuentra en Amós 2:7 "Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalídos, y tuercen el camino de los humildes; y el hijo y su padre se llegan a la misma joven, profanando mi santo monte". Este profeta menor, natural de Tecoa, lleva en el significado de su propio nombre la esencia de la desigualdad social "el que lleva la carga". Amós fue un hombre de muchas penalidades, se sugiere que su vivencia fue la de un pastor.

La cruda realidad espiritual de Judá e Israel lo hace merecedor de los juicios divinos. El descaro conque los ricos oprimían y abusaban del pobre lleva a Dios retribuirle con mensajes de destrucción. Solo un grupo pequeño escapará del desastre inminente, "...así escaparán los hijos de Israel que moran en Samaria en el rincón de una cama, y al lado de un lecho" (3:12). El mismo cuadro se observará pero con colores más intensos en el tiempo del fin. Y eso Amós lo sabe pues como profeta puede ver a través de la prolépsis la vindicación de los justos y el juicio de Dios en su Segunda Venida.

La justicia social debe aplicarse siempre en nuestras iglesias y vidas. La influencia, el dinero y el poder no deben usarse en menoscabo de los pobres, sino en su auxilio y redención. Ahora tenemos la oportunidad en dónde nos encontremos, en la situación en la cual estamos, en el grupo social al que pertenezcamos, la riqueza que guardamos y los intereses qe buscamos. Hay personas débiles, al parecer más insignificantes y son una historia interesante, pero, ellos están allí, en nuestras iglesias o vecindad. Démosle un trato amable y digno "pues lo que hacéis a estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hacéis".

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