viernes, 13 de junio de 2008

ACLARACIONES A LAS CITAS DE ELLEN G. WHITE.



Conceptos científicos supuestamente disparatados e incluso gravemente inmorales. (PARTE II)

A. Afirmó que tenemos órganos animales en el cerebro y que utilizar peluca provocaba la pérdida de la salud mental. (The Heath Reformer, 1 de Octbre 1871; The Second Advent Review and Sabbath Herald, 17 de Octubre 1871)

Al observar las pelucas de hoy, nos podría parecer ridícula esta declaración, pero las pelucas del siglo 18 y 19 eran muy diferentes a las que hoy conocemos. Históricamente, las pelucas siempre fueron bastantes ostentosas y pocos salubres. Por ejemplo, la de los griegos, las romanas, y posteriormente los ingleses, las pelucas de la época de la Regencia, la de Luis XIV y la de rizos; se caracterizaron por estar constituidas por algodón, cabellos postizos, lana, alga acuática, musgo español entre otras cosas. Sin mencionar el peso y la cantidad de insectos y parásitos que estas podían alojar.


El caso de una señora en el tiempo de EGW, que declaró que su moño generaba “un grado no natural de calor en la parte posterior de la cabeza” y producía “un dolor de cabeza perturbador, tanto tiempo como lo usaba”. En otro caso, otra señora informó que su cabeza se puso al rojo vivo y que su cabello se comenzó a caer. Estos dos ejemplos dejan bastante claro los efectos de estas “bellas” pelucas.


Respecto a la declaración “órganos animales”, EGW la utiliza otras tres veces en sus escritos (Testimonies, vol. 3, p.51; Healhful Living, p. 185; Signs of the Times, 6-1-1876). Estas cuatro veces ella la utiliza para hacer un contraste de tipo ético en la vida del ser humano. Ella destaca que ciertos hábitos limitan al hombre (entre los cuales esta la peluca y el corsé entre otros), y no le permiten ejercer plenamente su tarea como hijo de Dios, reflejando en manera pobre el carácter divino, lo que nosotros podríamos entender como un comportamiento “animal”. Para esto tenemos suficiente respaldo bíblico, textos que también llaman al hombre como “animal” bajo el contexto de un comportamiento moralmente incorrecto. Haremos una lista a continuación de los textos que expresan directamente esta idea:


· 1 Corintios 2:14 “Pues el hombre animal(1) no percibe las cosas del Espíritu de Dios; son para él locura y no puede entenderlas, porque hay que juzgarlas espiritualmente” (NC). El hombre animal, hecho a estimar las cosas según criterios humanos, no es capaz de juzgarlas según Dios ni regirse por principios más altos. Pero los que se inspiran en principios pueden juzgar de todo en conformidad a Dios y ellos no pueden ser juzgados por quienes desconocen tales principios de obrar.


· 1 Corintios 15:44,46 “Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual…mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual” (RVR) Aquí el apóstol se esta refiriendo a aquella vida que está caracterizada por el dolor, la muerte, y que finalmente termina en la tumba. Es aquello que se caracteriza por lo corruptible y pasajero. No se le da un sentido totalmente peyorativo al término animal o natural, pero si nos damos cuenta que hace referencia a nuestra vida limitada en esta tierra.


· Santiago 3:14,15 “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de los alto, sino terrenal, animal diabólica” (RVR) Aquí Santiago viene desarrollando dos tipos de sabiduría. Al referirse a la palabra “animal” o sensual, se esta haciendo alusión a la condición de la vida humana sin el Espíritu de Dios. (Ralph P. Martin. Word Biblical Commentary (computer file): “James” / Ralph P. Martin; David A. Hubbard, Glenn W. Baker, John D. Watts and Ralph P. Martin editors. –electronic ed. –Dallas: Word, Incorporated, 1998. 222p.-(Logos Library System)).


Así vemos que tenemos bastante respaldo para creer y afirmar que la declaración de EGW se refería a que estos malestares de salud afectan necesariamente nuestra relación con Dios, dejándonos propensos a vivir más alejados de Dios, fomentando más nuestra “vivencia animal” por medio de nuestros “órganos animales”.


(1) Traducido de psichikós, que se refiere a alguien dominado por su psyche, que es el “alma” natural, lo que como principio lo comparte tanto el hombre como el animal. Solo que el hombre esta dotado de una inteligencia superior y se le ha otorgado la imagen de Dios. Un hombre en estado “animal” depende de la sabiduría humana para resolver todos sus problemas, vive para agradarse a si mismo y para complacer los deseos del corazón inconverso, y por lo tanto es incapaz de entender y apreciar las cosas de Dios. Para él es necedad el plan de salvación. No puede distinguir entre la filosofía terrenal y la verdad espiritual, por eso él esta incapacitado de examinar, de llegar a una verdad espiritual.

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