jueves, 2 de diciembre de 2010

La Mansedumbre, virtud necesaria

En la época de Aristóteles, la mansedumbre era vista como una virtud, y el mismo filósofo la definía como el término medio entre dos extremos. Por un lado esta el defecto y por el otro, el exceso y en el medio, la virtud. ejemplo: un hombre avaro (defecto)  un hombre derrochador (exceso) y en el medio trayendo el equilibrio, estaría el hombre generoso. Entonces, la ira excesiva (defecto) y la impasividad (exceso) pone al medio la mansedumbre que sería lo justo.

La "bienaventuranza" del manso, "feliz el hombre que sabe enojarse cuando corresponde y que nunca se enoja cuando no corresponde". La pregunta, ¿Cuándo corresponde y cuando no corresponde enojarse?. La respuesta; nunca corresponde enojarse por insultos u ofensas que recibamos nosotros mismos, siempre enojarse cuando se ofende a otros.

La palabra mansedumbre del griego "praus" es uno de los términos más elevados del vocabulario ético. Y tenía una referencia en un animal domesticado que era educado para que obedeciera la voz de su amo y las riendas, es el animal que ha aprendido a aceptar el control del hombre. La palabra manso generalmente no se usa como calificativo de elogio para alguna persona. ¿por qué? porque aparentemente implica servilismo con el que nadie se sentiría honrado, pasividad que sirve muy poco en nuestro mundo e imágenes de persona sumisa y muy poco ejecutiva.

Realmente es feliz aquel individuo que controla y domina los instintos y pasiones, de esta manera, es como puede ser gobernado por Dios. Los griegos contranstaban la mansedumbre con el orgullo, este aspecto negativo sería desplazado por la mansedumbre. En este plano juega un papel importante la humildad, pues sin ésta, no se puede aprender nada. El hombre engreído de su sabiduría necesita para vencer la ignoranciade la humildad. Solo de esta manera se puede implantar en la conciencia la necesidad de Dios.

Entonces podemos decir "feliz el hombre que posee la suficiente humildad como para darse cuenta de su ignorancia, debilidad y necesidad de ayuda", esto se aplica a los "poderosos" y a los "humildes". Nadie podrá gobernar a otro, sino no aprende a gobernarse a si mismo. Aquel que se entrega a Dios obtendrá la mansedumbre que habrá de capacitarlo para heredar la tierra. Resumiendo, manso es aquel o aquella que ha aprendido a aceptar el dominio de Dios.

lunes, 29 de noviembre de 2010

¡Haz lo que digo, No lo que hago! ¿suena a correcto?

¿Estas de acuerdo con la frase de arriba? No creo, sin embargo, sea la que más posiblemente hagamos los seres humanos. Recuerdo una impulsiva mujer gritar a su hijo, ":**`?·;_´´+**?·$!ª**¿¨**``(..... y terminando con, "no digas malas palabras". Con el ejemplo se predica, para no llegar a ser como gatica. ¡Qué importante es el ejemplo correcto! el precedente de una práctica tal tapará bocas y ayudará a que se crean las palabras, especialmente si éstas vienen en forma de promesas.

"Ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho vosotros también hagais" Juan 13:15. Cristo vivió una vida de ejemplo, su carácter intachable jamás pudo ser reprochado con argumentos verdaderos. En el contexto del Lavado de los pies en el aposento alto, Jesús enseñó la más grande lección de humildad, condescendencia y servicio cristiano. Aquel que debía ser servido, se levantó para servir. Aún asi, este acto incomprendido por sus mas cercanos, preparó el camino para el más sacrificado, y sigue repercutiendo y rompiendo cadenas de egoísmo y vanidad. Imitemos ese ejemplo poderoso, ¡la habilitación asegurada para esto solo viene del cielo!